El Regalo de Navidad de Pedro el Ciclista
Era la víspera de Navidad y Pedro, un apasionado ciclista, se preparaba para su paseo nocturno. La ciudad estaba adornada con luces brillantes y el aire olía a chocolate caliente. Mientras pedaleaba por las calles, disfrutaba de la belleza de las decoraciones navideñas.
De repente, Pedro escuchó un suave tintineo. Curioso, se detuvo y siguió el sonido hasta un pequeño parque. Allí, encontró a un grupo de niños que intentaban arreglar una bicicleta rota. Se acercó y les preguntó si necesitaban ayuda.
Los niños, emocionados, le contaron que querían regalarle la bicicleta a su amigo Tomás, que no tenía una. Sin pensarlo dos veces, Pedro se puso manos a la obra. Con su experiencia y herramientas, reparó la bicicleta en un abrir y cerrar de ojos. Los niños aplaudieron y sonrieron, agradecidos.
Cuando terminaron, Pedro se dio cuenta de que había olvidado su propio plan de paseo. Pero al ver la alegría en los rostros de los niños, sintió que había encontrado un regalo mucho más valioso: la felicidad de ayudar a otros.
Esa noche, mientras regresaba a casa, Pedro se sintió lleno de espíritu navideño. Decidió que cada año, en lugar de hacer su tradicional paseo, dedicaría la víspera de Navidad a ayudar a quienes lo necesitaran. Así, se convirtió en un ciclista no solo de rutas, sino también de corazones.
Y así, en cada Navidad, Pedro y los niños del parque se reunían para hacer bicicletas y repartir sonrisas, recordando que el verdadero espíritu de la Navidad se encuentra en dar y compartir.
¡Y colorín colorado, este cuento se ha acabado! Espero que te haya gustado. ¡Feliz Navidad y felices paseos!
No hay comentarios:
Publicar un comentario