VALVERDE, ‘LUISLE’ O ZUBELDIA, PROFESIONALMENTE AMATEURS
El lema de los eventos Mussara reza: 'Profesionalmente Amateurs'. Una filosofía de vida que engloba la esencia de quienes participan en eventos como Mussara Donostia – San Sebastián o Mussara Salou. Este lema abraza a aquellos apasionados amateurs que, con un espíritu digno de profesionales, encuentran en esas marchas el escenario perfecto para disfrutar de su amor por el ciclismo.
Pero va más allá: también pone el foco en los profesionales retirados que, una vez han colgado sus bicicletas de competición, descubren en esas pruebas la oportunidad de revivir la emoción y camaradería que caracterizan al mundo del ciclismo. Esta práctica está cada vez más extendida y es habitual ver a ciclistas en activo o recientemente retirados tomar la salida de marchas, en teoría, amateurs.
El ejemplo más llamativo quizás sea el de Alejandro Valverde. Uno de los ciclistas españoles más importantes y laureados de la historia que, tras su retirada, ha participado en diversas marchas en las que ha demostrado que no ha perdido ni un ápice de la clase que tenía como WorldTour.
El caso de Valverde es paradigmático, pues también se ha fogueado en disciplinas diferentes a la carretera, como el gravel. Un matrimonio, entre el murciano y el gravel, que ya anticiparon diferentes personas del mundo del ciclismo. En una entrevista con la organización de Mussara, el seleccionador español de ciclismo en ruta, Pascual Momparler, hablaba del prometedor futuro de Valverde fuera de la carretera: “Va a sorprender a más de uno”.
LOS CAMBIOS DE DISCIPLINA
El campeón del mundo en ruta 2018 no es el único que se ha atrevido con nuevos formatos. Ciclistas que hasta hace apenas unos meses estaban en los mejores pelotones de carretera del mundo se han dejado ver en pruebas de diferentes formatos.
Luis León Sánchez, que sigue vinculado contractualmente al equipo Astana, ya se ha atrevido con el cicloturismo de carretera y también con el mountainbike. El muleño ha sido embajador de la L’Étape Madrid by Tour de France presented by UNIVERSAE y ha tomado la salida en dos pruebas diferentes de Titan World Series.
En ese sentido, el que fuera compañero de Valverde en Movistar, Lluís Mas, se ha atrevido ya con pruebas de mountainbike, a pesar de haber terminado hace apenas unos meses su participación en La Vuelta a Burgos.
¿Y qué decir de Haimar Zubeldia? El ciclista español con más participaciones en la historia del Tour ya cosecha éxitos en cicloturistas de mountainbike y carretera. Incluso ha ejercido como embajador de la Mussara Donostia – San Sebastián en dos ocasiones.
LAS RAZONES
¿Qué impulsa a un ciclista veterano o recientemente retirado a seguir participando en pruebas de este tipo? Marchas en las que cambian los pelotones reducidos de profesionales y las miles de personas animando desde la cuneta por formatos más multitudinarios en la participación, aunque humildes en su infraestructura.
Para Luis Ángel Maté, ciclista de Euskaltel Euskadi, que ha tenido dorsales en marchas de mountainbike, el contacto con el aficionado es lo primordial: “El ciclismo profesional se ha vuelto tremendamente hermético y alejado de la gente. Venir a una carrera no profesional me permite compartir tiempo con gente que encarna esos valores en los que creo. Los de la bicicleta como sinónimo de esfuerzo, sacrificio y factor social”.
En el caso de Lluís Mas, la clave para apuntarse a estas pruebas es mantener la forma con entrenamientos alejados del habitual: “El mountainbike, por ejemplo, me permite salir de la rutina diaria de entrenar en los mismos puertos y las mismas carreteras de siempre. Pegarme una exprimida de cinco horas en montaña es una gozada y me permite seguir motivado”.
El propio Zubeldia pone en valor estas salidas entre aficionados. “En la Mussara Donostia – San Sebastián, por ejemplo, hay un ambiente muy bonito. La gente es muy entendida. Sabe medirse, tirar, parar en los avituallamientos y agruparse. Hay mucha cultura de la bicicleta” explica en una entrevista que concedió a la organización de Mussara.
Sea cual sea el motivo, desde la proximidad con el aficionado, la posibilidad de disfrutar de un entrenamiento de calidad o asomarse a disciplinas diferentes de las habituales, está claro que los mundos del profesionalismo y del cicloturismo cada vez están en un contacto más estrecho.
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