La “GRAVELMANÍA” de Gabriel Wibmer

Nuevos trucos, nuevas líneas, nuevos mejores tiempos. Los límites están ahí para ser traspasados. Esto aplica en el mundo del mountain bike, como en cualquier otro deporte extremo. Cuando el profesional de street trial y freeride Gabriel Wibmer se fija en ese límite, suele ser espectacular, a menudo con el atributo "no lo intentes en casa". Lo mismo ocurre esta vez, cuando todo gira en torno a la elección de la bicicleta por parte del austriaco. En lugar de enduro o descenso, envía su bicicleta de gravel CANYON a un tour de force por algunos de los bike parks más famosos de Austria, Alemania y Suiza.

Los bikeparks de Lienz y Kals en Tirol Oriental, el Bike Kingdom Lenzerheide en Suiza, los bikeparks de Innsbruck y Serfaus-Fiss-Ladis en Tirol y el bikepark de Samerberg en Alemania son verdaderos paraísos para el mountain bike. Pero en lugar de suspensión total, barras planas anchas y neumáticos con tacos, Gabriel Wibmer apuesta por todo lo contrario: sin suspensión, barras abatibles y, al menos para él, una geometría inusual con neumáticos significativamente más estrechos. Así es, Gabriel Wibmer monta su bicicleta gravel CANYON Grizl. De hecho, sólo se utilizaron dos bicicletas idénticas en toda la edición, y ambas sobrevivieron ilesas al rodaje.

Y eso es mucho decir, porque Gabriel no escatimó ni en él ni en el material: “Recorrer senderos en la gravel bike fue intenso. Estoy acostumbrado a la suspensión cero de la bicicleta de prueba, pero la barra de caída y la geometría fueron todo un desafío. Tu cabeza está tan adelantada que casi estás colgado boca abajo de la bicicleta, los frenos de las barras de caída están en otros lugares a los que estoy acostumbrado y eso, combinado con senderos individuales y saltos, fue bastante intenso. El bajo peso de la bicicleta también fue un problema al saltar, ya que incluso las más pequeñas ráfagas de viento podían causar verdaderos problemas. Calcular la velocidad correcta tampoco fue fácil: la bicicleta de gravel es mucho más rápida que una bicicleta de descenso. Además, sientes cada piedra y cada golpe de freno”.

La escena más difícil resultó ser el salto Crankworx Whip-Off en Innsbruck. A pesar de que Gabriel y su equipo sólo necesitaron dos intentos, fueron principalmente un desafío mental. Para mayor “normalidad”, Gabriel sostuvo la bicicleta en la parte superior del manillar y por lo tanto no tuvo posibilidad de frenar durante el rodaje. En pocas palabras: tenía que saltar, ya fuera demasiado rápido, demasiado lento o simplemente.

“Queríamos hacer algo completamente nuevo que nadie hubiera hecho antes que nosotros. Y dado que el ciclismo de grava está generando mucho revuelo en este momento, tenía sentido hacer algo interesante con él y llevarlo a un nuevo nivel. Al principio no sabíamos hasta dónde podíamos llevar las cosas. Estoy súper feliz con el resultado y con cómo hicimos realidad cada idea. Sin embargo, durante la filmación del video, también me di cuenta de lo genial que es que existan las bicicletas de montaña”. – Gabriel Wibmer