Perú, Cerca del cielo con David Cachon
Antes de realizar este viaje, cuando escuchaba algo acerca de Perú, siempre venía a mi mente una estampa típica: Machu Picchu. Es normal, se trata de uno de los atractivos turísticos más importantes del mundo y esta situado en el sur del país. En el sur se encuentra un turismo diferente a lo que andábamos buscando, estábamos sedientos de aventura, de retos y de acción. El norte era nuestro destino, Huaraz estaba en nuestro mapa y sería nuestro centro de operaciones para movernos con soltura entre la Cordillera Blanca y la Cordillera Negra. Ahora puedo decir que he descubierto una nueva imagen de este país, un país donde las montañas tocan el cielo, donde la naturaleza es brutal y donde practicar deportes de montaña es una experiencia totalmente increíble.
La capital
La aventura, como casi siempre, comenzaba en el aeropuerto. Un vuelo de 11h nos esperaba por delante. Tras aterrizar en Lima, la capital, un shuttle nos recoge, dos chicos jóvenes nos llevaran hasta nuestro hotel, dos tipos muy enrollados y enganchados a los deportes extremos, pasamos todo el viaje charlando de skate, bmx y fmx. Durante el trayecto de aproximadamente 1:30h hasta el departamento de Miraflores, una de las zonas más pudientes de la capital, es cuando comenzamos a darnos cuenta de la magnitud que alcanza esta ciudad, es muy grande y eso que todavía no habíamos visto nada. Durante el trayecto nos llamo la atención las nuevas instalaciones que se habían construido para los Juegos Panamericanos, junto a la playa pudimos observar un completo complejo formado por varios skateparks y un poderoso circuito de bmx race.
La verdad es que yo soy un tío que cuando va de viaje se deja llevar, o lo que es lo mismo: no había echado un vistazo todavía al planning del viaje. Cuando felizmente llegamos al hotel y mi cerebro estaba a punto de ponerse en modo “siesta máxima” los chicos nos dicen que nos acomodemos durante dos horas y que pasarían a buscarnos más tarde para poner rumbo a Huaraz, un paseíto de 8-9 horas (unos 400 km) rumbo al norte con carreteras cargadas de puertos de montaña. Bueno, la aventura es la aventura y lo que nos esperaba al llegar merecía mucho la pena.
Salir de Lima resulto interesante, es una ciudad muy, muy grande. Según los datos que nos dan cuenta con aproximadamente 9,5 millones de habitantes, lo que viene a ser un 30% de la población de todo el país, es brutal. Sin duda es una experiencia digna de ser vivida. En las afueras de la ciudad podemos apreciar extensiones gigantescas de casas que llegan hasta donde la vista alcanza, todo ubicado en un desorden ordenado.
En el trayecto pudimos disfrutar de incomparables paisajes a través de la costa y también de la Sierra de Ancash. Las 4 primeras horas transcurrieron por el litoral de la costa a través de la carretera Panamericana, vía principal que une el Perú. En el distrito de Paramonga tomamos el desvío para enlazar con una vía alternativa, allí notamos un cambio en el paisaje, pasábamos de la costa a un paisaje de Sierra Altoandina. Allí aprovechamos para degustar la gastronomía local, me dejé llevar por la recomendación del guía y me metí entre pecho y espalda un Tacu-tacu de pollo que a punto estuve de no terminar, aquí la comida es siempre abundante y deliciosa. El tacu-tacu es un plato típico de la gastronomía peruana y específicamente de la comida criolla, un ejemplo de la cocina de aprovechamiento. El plato consiste en arroz cocido, menestra del día anterior y un sofrito a base de ají amarillo mezclados hasta formar una masa homogénea bajo el calor de una sartén. Las legumbres utilizadas suelen ser fréjol, pallares y lentejas. Hacia el final de la cocción se suele freír la masa para que sea crocante.
Un poco más adelante llegábamos al punto más alto del día (4.100 m) Conococha, donde se inicia la famosa Cordillera Blanca y el Callejón de Huaylas, allí pudimos observar los primeros picos nevados. Desde allí continuamos hasta la ciudad de Huaraz situada a 3.092 m. Nuestro hotel nos esperaba para darnos un merecido descanso hasta las 6 de la mañana del día siguiente.
Laguna Wilcacocha
La noche no había sido muy buena, algunas pesadillas, sudores y problemas para conciliar el sueño hacían indicar que el día sería duro. La adaptación a la altura estaba siendo más lenta de lo que imaginaba. Por primera vez en mi vida no ataqué el desayuno en plan vikingo, no tenía apetito, estaba mareado y mi cabeza no permitía dar giros bruscos. La camarera me recomienda tomar un te de coca, acepto encantado, cualquier cosa que me ayude con este mal estar será bienvenida.
Jean nuestro guía nos recoge en el hotel, le comento lo que me ocurre y sonríe. Es normal, me dice, pasaremos por una farmacia antes de subir a las montañas. En la farmacia le comento lo que me pasa y automáticamente tras describirle el primer síntoma ya me estaba dando unas pastillas que tenia preparadas, me dice: tranquilo es solo soroche. Así es como se denomina en Perú al mal de altura.
Cargo la bici en la pick up y nos ponemos rumbo a la Laguna Wilcacocha, un oasis paradisíaco ubicado en la Cordillera Negra, a unos 50 minutos de la ciudad de Huaraz, rumbo al suroeste a unos 3.470 m. Se trata de un punto estratégico que nos permite apreciar casi toda la Cordillera Blanca, entre los principales picos: Huandoy, Huascarán, Chopicalqui, Hualcán, Copa, Vallunaraju, Ocshapalca, Ranrapalca, Palcaraju. Desde allí Jean me da algunas indicaciones y comenzamos un vertiginoso descenso de singletracks que nos dejan apreciar el majestuoso paisaje, montañas con picos de 6000 m nos rodean y abrazan para hacernos sentir minúsculos. El descenso es largo pero los senderos son muy rápidos y divertidos, no puedo parar, a pesar de que mi cabeza no esta 100% en su sitio. El plan era llegar abajo, comer algo y terminar el día, pero Jean se da cuenta de que me va la marcha y decide hablar con el chofer para que nos lleve rumbo a Huaraz, pero no al hotel como estaba previsto. Jean nos lleva a los trails que algunos de sus amigos han construido en los alrededores de la ciudad. Hace un par de años hicieron una competición en los montes que rodean Huaraz y algunos saltos todavía se encuentran en buen estado, además los trails de la zona cuentan con un buen mantenimiento. Pasamos toda la tarde montando allí, finalmente agotados decidimos dar por finalizada la sesión.
Por la noche decido dar una vuelta con mi compi y fotógrafo Fer, nos damos cuenta de que la gente aquí es simpática y amable. Buscamos un sitio donde tengan comida típica y a pesar de que todavía ando fastidiado y con poco apetito… decido comer algo.
Portachuelo 4.765 m
Al día siguiente nos levantamos temprano y tras el desayuno ponemos rumbo a las montañas. Partimos de la ciudad de Huaraz por el norte del callejón de Huaylas, llegamos a la ciudad de Yungay (2.500 m) 1h aproximadamente, desde donde empezamos a ascender hacia la Cordillera Blanca por una serpenteante carretera de tierra. Un poco más tarde llegamos a Llanganuco, un increíble desfiladero de origen glaciar que se encuentra dentro del Parque Nacional Huascarán, un área natural protegida por el estado. Allí visitamos las lagunas de color turquesa Orconcocha y Chinancocha y nos dirigimos hasta el punto más alto de nuestro objetivo: “Portachuelo de Llanganuco” (4.765 m) donde las espléndidas vistas de las montañas son verdaderamente impresionantes: Huascarán Norte (6.650 m), Huascarán Sur (6.768m), Huandoy (6.395 m), Chopicalqui (6.345 m), Pisco (5.752 m), Yanapaccha (5.460 m).
Cuando parecía que me estaba recuperando del soroche me doy cuenta de que pedalear a esta altura me cuesta cada vez más, tomamos algunas fotos donde Fernando me exige hacer algunos esprines y literalmente mi corazón y pulmones parecen estallar. Fernando también siente lo mismo, a esta altura las cosas no son tan fáciles como parecen, al menos para dos personas que viven prácticamente a nivel del mar (Zaragoza y Sevilla). Llega la hora de bajar hasta el campamento base, los chicos bajan en la pick up y yo decido descender en bici por unos increíbles y técnicos senderos de montaña. Disfruto mucho pero me canso con facilidad, así que voy parando para descansar, mi cuerpo no esta mal pero mi cabeza esta lenta, algo torpe.
Al llegar a la zona baja descubro que nuestro campamento ya esta montado, tiendas de campaña, una carpa para descansar y comer algo, incluso una tienda-baño, esto ya son muchos lujos para estar en la montaña. El campamento esta instalado en una agradable y amplia pradera andina, rodeada de bosques de queñuales y a orillas de un riachuelo glaciar. Cenamos temprano porque a las 4 de la mañana tenemos que comenzar un ascenso a pie hasta la laguna 69 situada a 4.400 metros. Mientras cenamos comienzan a caer las primeras gotas de agua, una tormenta se aproxima. Poco a poco incrementa su intensidad, decidimos ir a dormir pero el ruido del agua golpeando la tienda y la humedad no ayudan a conciliar el sueño. Las 4:30 de la mañana y la lluvia comienza a cesar.
Yuraccorral - Laguna 69 (4.400 m)
Son las 4.30 de la mañana, parece que el clima comienza a mejorar. Desayunamos algo, tomamos una infusión de hojas de coca que nuestro guía nos recomienda y nos ponemos rumbo a la Laguna 69, situada a 4.400 metros de altitud. A pesar de no haber pegado ojo en toda la noche parece que mi cuerpo se va adaptando a la altura y no siento tanta fatiga, al menos de momento. Ver como amanece mientras estamos ascendiendo es una sensación indescriptible. La luz del sol comienza a iluminar las montañas, la nieve empieza a brillar en los picos y todo toma un color y unas texturas increíbles. Por un momento puedo sentir que estoy en un sitio especial, el hogar de los dioses, algo grande, magnifico, indescriptible. La noche no ha sido fácil pero esto merece la pena.
A medida que vamos ascendiendo la fatiga se hace más intensa, es como si mis pulmones perdieran capacidad, mi corazón late con fuerza, tengo que ir regulando la respiración y bajar el ritmo. He de confesar que los últimos metros antes de alcanzar la laguna se me hicieron duros, pero merecieron la pena. No puedo imaginar lo que un alpinista de verdad puede experimentar, pero desde hoy siento todavía mas admiración y respeto si cabe por ese deporte. El paisaje resultaba brutal, abrumador, es como si esas imponentes montañas blancas estuviesen guardando un tesoro. Al bajar la mirada allí estaba ella, la Laguna 69, tranquila e impasible, parecía estar esperándonos. Tras unos minutos de relax y recreo para los sentidos, decidimos emprender la vuelta, alertados por unas oscuras nubes que se acercaban a gran velocidad.
La bajada conseguimos hacerla a un ritmo muy rápido, la verdad es que no tiene nada que ver bajar de altura que subir, ahora si que voy suelto. Aunque el esfuerzo nos ha dejado tocados, han sido muchas horas sin dormir, de viaje y sin parar de hacer actividad. Estamos tocados. Cuando llegamos al campamento comemos algo y volvemos a tomar rumbo a Huaraz. Estamos realmente cansados, fatigados y con dolor de cabeza. Tras una ducha decidimos ir a cenar a la ciudad, el apetito ha vuelto con fuerza, eso siempre es una gran señal de mejoría. Le habíamos echado el ojo a una pizzería un tanto especial, elaboran sus pizzas con productos locales. Zumo de limón y unas pizzas que nos dejaron sin sentido hicieron que automáticamente pusiéramos rumbo a la cama.
Huaraz Trails
Un nuevo día amanece, temprano como siempre. Hoy queríamos volver a una zona que nos encantó pero que no pudimos explorar todos sus senderos el primer día. Se trata de los senderos que hay en las montañas cercanas a Huaraz, casi todos sus senderos llegan hasta la ciudad y las vistas y la calidad de estos trails son increíbles. Decidimos subir con la pick up a la zona más alta e iniciar el descenso por unos barrancos que habíamos divisado a lo lejos. El paisaje es increíble, esperamos un poco a que la niebla se diluya, en cuanto aparecen los primeros rayos de sol comienzo con la bajada, un estrecho cañón me hace ir surfeando el interior de este, el firme es bastante deslizante ya que esta formado por pequeñas piedras que hacen que pierdas el control en cuanto tocas el freno, pero es demasiado divertido como para parar. Zonas muy técnicas con grandes barrancos a los lados empiezan a llegar, algunas curvas cerradas y otras imposibles donde tengo que utilizar mi técnica de trial para poder pasar sin desmontarme de la bici hacen que una gran sonrisa se dibuje en mi cara. Dios, estoy disfrutando demasiado. La parte intermedia aumenta de velocidad pero hay que andar con cuidado ya que de nuevo aparecen algunos barrancos de más de 50 metros de altura. Un pequeño repecho y la velocidad se multiplica por dos, ya se ve al fondo Huaraz, algunas grietas me obligan a mantener la atención al 100% y a saltar de un lado al otro del camino para evitarlas. Por fin llego al final y aparezco en un barrio periférico de Huaraz. Al poco rato Jean me alcanza y continuamos nuestro descenso, aunque esta vez urbano, a través de las calles de Huaraz, la gente nos mira extrañados pero sonrientes, el ambiente aquí es genial.
Al llegar al hotel cogemos nuestras cosas e inmediatamente y sin cambiarnos de ropa ponemos rumbo hacia la ciudad de Chavín, allí se encuentra el centro arqueológico de Chavín de Huántar. Fue el centro administrativo y religioso de la cultura Chavín, construido y ocupado aproximadamente entre los años 1500 y 300 a.C. A Chavín de Huántar se le considera como el más importante centro de peregrinación del mundo andino.
Ponemos rumbo al sur del Callejón de Huaylas, tomando el desvío de Cátac, nos dirigimos hasta la laguna de Querococha, para luego cruzar el túnel de Cahuish y llegar a la zona de los Conchucos. Por el camino paramos a comer algo en un restaurante que se encuentra en la localidad de Catac, es bastante conocido, se llama Mel´s y además de contar con el mejor cebiche de trucha de la zona está decorado con motivos tradicionales. Poco más tarde aparece Chavín, allí descansaremos hasta el día siguiente.
Regreso al pasado
Hoy sería nuestro ultimo día en el norte. Primero visitaríamos el complejo arqueológico que cuenta con un increíble legado histórico como: la galería del Lanzón, la galería de los laberintos, la doble ménsula, la plaza circular hundida, la plaza cuadrada, las cabezas clavas, el obelisco Tello o el pórtico de las falcónidas.
Este antiguo lugar de culto es uno de los primeros y más conocidos sitios precolombinos. Su aspecto es llamativo, con el complejo de terrazas y plazas, rodeadas por estructuras de piedra labrada, y principalmente la ornamentación zoomórfica.
La Cultura Chavín fue una sociedad de clases, sacerdotes y guerreros acumulando recursos, mientras que las personas eran explotadas para producir más.
La mayoría de negocios que destacaron en la comunidad terminaron convirtiéndose en líderes, jefes, oficiales. Estos líderes obligaron a la comunidad a producir más y terminan imponiéndose a los demás a través del conocimiento de la naturaleza “Sacerdotes”. Sorprenden los ingeniosos sistemas utilizados para canalizar el agua y su capacidad para jugar con ella con el fin de crear sonidos y atmósferas místicas que pudieran inducir a los visitantes a pensar que este lugar estaba en contacto con los dioses. Suponemos que la gran escenografía utilizada ayudaría a que los campesinos sucumbieran a esta religión.
La mayoría de negocios que destacaron en la comunidad terminaron convirtiéndose en líderes, jefes, oficiales. Estos líderes obligaron a la comunidad a producir más y terminan imponiéndose a los demás a través del conocimiento de la naturaleza “Sacerdotes”. Sorprenden los ingeniosos sistemas utilizados para canalizar el agua y su capacidad para jugar con ella con el fin de crear sonidos y atmósferas místicas que pudieran inducir a los visitantes a pensar que este lugar estaba en contacto con los dioses. Suponemos que la gran escenografía utilizada ayudaría a que los campesinos sucumbieran a esta religión.
Un viaje fantástico, interesante y muy enriquecedor que nos hace pensar en como fueron y como pensaban estas civilizaciones antiguas, aunque quedan muchas incógnitas todavía por resolver.
Llega el momento de partir de Chavín y de poner rumbo a Lima de nuevo, nuestro avión saldría a la mañana siguiente y nos quedaban todavía 11 horas de largas carreteras. Entrada la noche llegábamos a la capital, allí descubrimos una viva ciudad de Lima, con gente por todas partes, comprando, cenando, haciendo deporte… La verdad es que por la noche la sentí muy viva y llena de actividad.
Perú nos ha tratado muy bien, nos ha mostrado algunos de sus tesoros y de sus gentes. Personas amables y acogedoras. Su gastronomía es rica en todos los sentidos y sus montañas son increíbles. Un destino fantástico para practicar todo tipo de deportes de montaña, al nivel que desees, desde la iniciación hasta proyectos ambiciosos y profesionales.
Texto &
riding: david_cachon
Fotografía: fernando_marmolejo
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