COMO LAVAR LA BICI EN 10 PASOS CON YANICH-THE-MECHANIC
Si lavar la bicicleta nunca te ha parecido algo importante,
te invitamos a que te lo pienses mejor. Después de ver y escuchar lo que nos
cuenta al respecto Yanick-the-Mechanic, seguro que descubrirás varios detalles
que te harán replantearte la manera de mantener tu bici favorita en un estado
impecable. Para ello nada mejor que seguir el procedimiento del mecánico jefe
de SCOTT-Sram para lavar la SCOTT Spark RC 900 del campeón olímpico Nino
Schurter.
PRIMERO - PREPARA EL
LUGAR DONDE VAS A LAVAR LA BICI
Lo primero es encontrar un sitio adecuado para lavar la
bicicleta. Intenta encontrar un sitio que tenga buenos desagües. Conviene
contar con un caballete estable para que la bicicleta no esté apoyada en el
suelo. De esta manera, la suciedad del suelo no salpica a la bicicleta. Lo
ideal es un lugar que esté protegido del viento y la lluvia. Comprueba que haya
suficiente luz y que tengas amplio espacio para trabajar. Si crees que necesitas una manguera a presión, te equivocas, ya que
podrías quitar grasa de los rodamientos y la suspensión podría sufrir daños:
¡ni se te ocurra!
SEGUNDO - PREPARA EL
EQUIPO DE LIMPIEZA
Monta el caballete de la bicicleta. Lo ideal aunque no es imprescindible
es un caballete que gire 360 grados para que puedas trabajar de pie
mientras haces girar la bicicleta. Necesitarás
un cubo: mejor que sea de un color vivo para que veas enseguida si hay
aceite o residuos. A continuación, busca dos
cepillos, uno suave y otro más firme, así como una manguera conectada a un
grifo de agua fría y productos de limpieza. Cualquier detergente de
vajillas barato hará el apaño. Evita
productos para coches, porque pueden ser demasiado fuertes y además
contienen aceites que pueden contaminar las zapatas de los discos.
TERCERO - ENJUAGA Y
APLICA ESPUMA
Monta la bici en el caballete y lavala primero con agua fría, desde arriba hacia abajo para que
la suciedad caiga hacia abajo. Seguidamente, llena el cubo de agua templada. Comprueba que el cepillo suave no
tiene gravilla ni suciedad para no arañar el cuadro. Aplica detergente líquido
directamente sobre el cepillo, con el agua templada. Aplica espuma a toda la bicicleta desde la parte delantera y desde
arriba hacia abajo, para que no chorree sobre las partes que ya hayas
limpiado.
CUARTO LIMPIEZA DE
CUBIERTAS Y TRANSMISIÓN
Con el cepillo firme y agua templada, aplica directamente detergente al cepillo y frota las cubiertas.
Quita la suciedad que haya en la rodadura, en las paredes laterales y en la
llanta. Inspecciona la cubierta para ver si hay daños como cortes, tacos
rasgados o pinchos clavados. Si ves que la espuma hace burbujas, es posible que
tengas un pinchazo "lento" que de lo contrario no habrías podido
descubrir.
Sigue con la
transmisión y con el casete. Quita la hierba, los palitos o cualquier otra
suciedad que haya
entre los piñones o en las poleas, y luego cepilla con el cepillo firme y con
detergente.
Consejo: No utilices
desengrasante para este paso. Si el casete tiene una capa de grasa
demasiado gruesa que no se va con el jabón, significa que no cuidas bien la
transmisión, y la única forma en que aconsejamos que utilices el desengrasante
es que desmontes el casete de la carcasa del buje para evitar posibles daños.
QUINTO - ENJUAGUE E
INSPECCIÓN
Enjuaga la bicicleta con la manguera o con el cepillo suave
desde arriba hacia abajo; inspecciona la bicicleta para ver si hay algún daño
en el cuadro, los componentes y las ruedas. Gira los pedales al mismo tiempo
para que el agua pase libremente por los eslabones de la cadena. Si dejas la
cadena holgada, podrás limpiar con más profundidad.
SEXTO- REPETICIÓN
Si la bicicleta estaba muy sucia, es posible que necesites
repetir todo el proceso anterior hasta que quede perfectamente limpia. Si la
bicicleta estaba extremadamente sucia, desmonta las ruedas. Presta especial
atención a las poleas del cambio y al plato, ya que pueden tener suciedad y
restos comprimidos. Esto es especialmente importante porque la cadena de
transmisión genera más fricción y más desgaste cuando está sucia, y también es
más probable que produzca una avería mecánica. Comprueba que limpias a fondo
los sellos de la suspensión, ya que cualquier resto de arenilla que quede puede
causar grandes daños. Si has quitado las ruedas, vuelve a montarlas.
SEPTIMO - OTRO NUEVO ENJUAGUE
Enjuaga a fondo la bicicleta para que que no queden restos
de jabón u otros productos que pudieran llegar a causar problemas. Este proceso
de enjuagar la bicicleta es mejor
hacerlo sin agua a presión, ya que podrías quitar grasa de los cojinetes,
la dirección, los pivotes, la caja de pedalier, los bujes y las poleas del
cambio. Una manguera con presión normal o un cubo de agua limpia con un cepillo
suave son la mejor manera de tratar la bicicleta.
OCTAVO - SECADO
Baja la bici del caballete. Ponla a secar al sol o en un
lugar seco y templado para que se escurra el agua que haya podido quedar en la
bici y se seque. También puedes utilizar un paño sin pelusas o una toalla de
papel para quitar el exceso de agua. Si tienes a mano una manguera con aire
comprimido, te puede venir muy bien. Saca la libreta, inspecciona los cepillos
y el cubo para verificar que están limpios, y anota cualquier cosa que puedas
necesitar para la próxima vez.
NOVENO - PULIDO
Desmonta las ruedas y
vuelve a poner la bici en el caballete. Pule el cuadro con un producto que
contenga silicona y un paño de microfibra si tienes previsto montar por terreno húmedo o
embarrado, ya que así resultará mucho más difícil que se pegue el barro y gane
peso la bicicleta. Si no lo tienes claro, o si vas a montar en un entorno con
mucho polvo, evita pulir la bicicleta, ya que solo conseguirás atraer el polvo.
Aplica siempre el
producto a un paño que no deje pelusa y frota el cuadro, no lo pulverices directamente ya
que podrías salpicar los discos del freno y contaminar las zapatas. Haz un
ciclo de compresión y liberación en los amortiguadores delanteros y trasero
para eliminar la suciedad que haya quedado en las partes selladas. Limpia las
barras descendentes y lubrícalas con un lubricante especial para suspensiones o
con una pizca de aceite para horquillas.
DECIMO – LUBRICADO FINAL
Y ALMACENAJE DELA BICI
Una vez que esté seca la bicicleta, es esencial lubricar la
cadena, con cuidado de quitar cualquier exceso de lubricante que quede. Recubre
las superficies de los rodamientos con repelente al agua para que no se queden
gotitas de agua en las partes selladas.
Lo ideal sería colgar la bici de la rueda delantera con un
gancho de manera que las manetas de freno queden por encima de las pinzas del
freno, para que el aceite lubricante de la horquilla se asiente en los sellos
de espuma y así queden directamente lubricados y preparados para funcionar con
suavidad. Así también se elimina el agua que haya podido quedar en los cables o
en cualquier cavidad del cuadro.
Texto: Yanick
Gyger & Nick Craig
Fotos: Jochen Haar
Vídeo: Shaperideshoot / Gaëtan Rey
Fotos: Jochen Haar
Vídeo: Shaperideshoot / Gaëtan Rey