La temporada perfecta de Rachel Atherton
En su primer año con Trek Factory Racing Downhill, Rachel Atherton consiguió lo inimaginable. Ganó todos los eventos de la Copa del Mundo de la UCI y el Campeonato del Mundo, logrando la primera temporada perfecta de la historia de la Copa del Mundo de ciclismo de montaña.
Es un logro tan excepcional, que puede que no se repita jamás. El ciclismo de montaña, y en concreto el descenso, es un deporte en el que las decisiones se toman en décimas de segundo con consecuencias reales. Las carreras se ganan y se pierden por milisegundos, y un pequeño error de cálculo puede suponer la diferencia entre ser el primero y tener que retirarse. Para ganar una sola carrera al nivel más alto, todo debe salir a la perfección. Cada línea debe estar perfectamente ejecutada, la bicicleta debe rodar de manera impecable, y sobre todo, el atleta debe estar en su mejor forma. Estas variables son las que hacen que las victorias consecutivas sean tan raras y tan espectaculares. Sin embargo, Rachel ha ganado catorce carreras seguidas.
Su camino hacia la temporada perfecta fue largo y lleno de retos, incluyendo una caída durante un entrenamiento que casi acaba con su carrera, así como periodos cargados de enfermedades y lesiones que desbarataron sus sueños en temporadas previas. Sin embargo, Rachel empezó 2016 en lo más alto, vistiendo el maillot arco iris característico del Campeonato del Mundo, después de subirse a lo más alto del podio en los últimos seis eventos de 2015.
Fue después de su tercera victoria en 2016 en Fort William, ciudad natal de Rachel y parada de la Copa del Mundo, cuando igualó el récord histórico de nueve victorias establecido por Anne-Caroline Chausson y los rumores acerca de batir aquella hazaña se empezaron a transformar en una realidad posible.
En medio de una racha histórica, Rachel no permitió que la expectación generada la afectara en su camino hacia la victoria en el siguiente evento de la Copa del Mundo, Leogang. «Estás tan centrado en cada carrera, que realmente no te haces una ide general de la situación», explica.
Esta concentración fue, quizás, lo que le permitió conseguir la décima victoria consecutiva que batía el récord de Chausson; y después la undécima en Lenzerheide, y la duodécima y la decimotercera en las dos últimas carreras en Mont Sainte Anne y Vallnord.
Fue en Val di Sole cuando, tras colocarse líder del Campeonato del Mundo, sintió por primera vez que tenía la posibilidad de conseguir la temporada perfecta al alcance de la mano. «A veces lo pensaba, en la tranquilidad de la noche», admite, «y lo que supondría, si fuera posible».
Entonces, ¿qué es lo que supondría? Para Rachel significaría lograr algo que no se había conseguido antes, ni en el ciclismo masculino ni en el femenino. Conseguiría un puesto permanente entre los atletas más grandes de todos los tiempos. Pero para el ciclismo de montaña como deporte, y para el ciclismo de montaña femenino en particular, supondría algo más importante aún. Significaría que millones de personas de todo el mundo verían que una hazaña considerada demasiado difícil de conseguir, era posible. Significaría que lo imposible es posible.
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